La magnífica entrevista fue realizada por la compañera Lidia Cárdenas.
Finalizadas las celebraciones, ¿se siente ya campeón?
Sí, es ahora cuando ya dices 'es verdad, somos campeones de la Copa del Rey', porque estos días han sido una locura. Cuando el árbitro pitó el final no nos lo creíamos. Eran once años sin ganar algo tan grande en Juveniles y hacía falta,.
Fue todo impresionante, Pablo Blanco saltando al campo, Ramón Somalo levantando los brazos, yo buscando a Ramón Quintana para darle un abrazo y Ramón ya estaba saltando con los colineros (por los socios de la Peña Sevillista la Colina de Gelsenkirchen presentes en Aranda del Duero)... Fue una locura. Incluso se me olvidó felicitar al entrenador del otro equipo, lo que solventé después. Siempre soy muy correcto, pero entonces nos embriagó la emoción. Fue tremendo.
Y más cuando el partido fue tan reñido...
- Sí, fue muy intenso, muy igualado. Ellos tenían la posesión del balón, pero nosotros estuvimos muy bien organizados, en nuestro sitio, haciendo valer ese gol, sin defenderlo, pero aguantando la posición. El equipo estuvo señor, de sobresaliente, muy maduro. Y luego miras a la grada y ves a tu mujer, los niños, la afición, los padres de los jugadores, los que no estaban citados... Fueron momentos imborrables.
Supongo que felicitaciones... Miles.
Sí, no paran de llamarte y de llegarte mensajes. Es más, cuando llegué al vestuario tenía ciento tres mensajes en media hora. Fue increíble, muchos de la cantidad de amigos que vas dejando por el camino. Y el domingo igual. Al llegar a Santa Justa había un grupo de aficionados esperándonos, los medios de comunicación... Ha sido todo impresionante.
¿Cuál le ha emocionado más?
La de mi hijo Pablo, de seis años, (Álvaro, el segundo, tiene dos) porque con esta profesión no los puedo disfrutar todo lo que quisiera. Cuando lo vi me dijo "Papá, felicidades, ¿Vas a traer la Copa?". Y aproveché un ratito para pasar por casa con la Copa y se puso pletórico.
Es más, la noticia del triunfo llegó hasta Viena, donde la selección española se jugaba la Eurocopa.
Sí, tengo amigos de Marchena que se lo comunicaron, máxime cuando él formaba parte de la última plantilla Juvenil del Sevilla FC que la conquistó. También el ex sevillista Manuel Ángel, que se casaba el mismo día, se enteró. Jaime Rodríguez de Moya, el entrenador Boni, Gallego el ex futbolista, que la ganó en la década de los sesenta, Manolo Cardo... Fueron muchos los que, antes de la final me animaron y, luego, me felicitaron.
Finalizada ya la competición, ¿fue el Barça el rival más difícil?
No, para mí lo ha sido la Real Sociedad. Es un equipo que me encanta. Moderno, con muchísima llegada e individualidades geniales. De Las Palmas sí sabíamos que en su casa lo pasaríamos mal y, sobre el Rayo, traíamos un resultado de la ida formidable y jugamos con eso. De la final, sabíamos que iba a estar al cincuenta por ciento. La gente se obsesionó con que nosotros éramos los favoritos, yo, por mi parte, me empeñaba en decir que el Barça era un gran equipo... Pero todo estaba al cincuenta por ciento.
El equipo estuvo de diez, pero si hay alguien que ha destacado, ése ha sido Ríos.
Ha sido el protagonista de la Copa del Rey, sus cinco goles nos han dado la vida. Se ha demostrado que en el fútbol, en estas categorías y tipos de competiciones, los detalles hay que cuidarlos muchísimo porque, con muy pocos fallos y algo de acierto en esas ocasiones puntuales de saques de falta o jugada de estrategia, se puede lograr. Sus goles, en unos casos nos han dado la eliminatoria y, en otros, han reafirmado el pase. Y curiosamente en la final no brilló tanto como en los otros encuentros, pero el trabaja ya estaba hecho.
¿Cuándo dijiste que este año iba a ser, que la Copa del Rey será del Sevilla FC?
Antes incluso de que terminase la Liga de Campeones estábamos sentando ya las bases. La Liga de Campeones nos dio una visión general de lo que hay fuera de nuestras fronteras a nivel futbolístico y vimos que el nivel era muy alto, que hay equipos como la Real Sociedad, Rayo, Real Madrid, Deportivo, Espanyol, Villarreal..., que están al mismo nivel de profesionalidad de nosotros y había que luchar mucho. Ahí es donde yo me di cuenta de que la Copa del Rey estaba cara este año, otra vez, porque el año pasado nos apeó el Racing de Santander y no lo hizo por casualidad. En esta competición hay metidos grandes y difíciles equipos.
El lunes, visita al Ayuntamiento y despedida. La cara y la cruz de la moneda...
Cierto. El discurso del Presidente nos puso a todos los pelos de punta. Transmite un sevillismo tan grande, que todos le escuchamos con los ojos brillantes y casi con ganas de llorar. No dijo cinco títulos y un titulito, dijo seis títulos. Y luego llegó el momento triste en el que tienes que despedir a muchos, como Bernardo, Hugo, Nene, Cala... Los he tenido dos años seguidos viéndonos prácticamente todos los días y el que diga que no le da pena, no tiene sentimientos. Pero tienen que seguir, irse con Fermín Galeote, Diego Rodríguez o Manolo Jiménez en el caso de Cala, que hará la pretemporada con el primer equipo. Quedarnos pues con Morales, Melo, José Julio, Iván, Rodri... Y recibir a todos los que vengan por detrás. Ahora tenemos que poner los pies en el suelo y, como mínimo, intentar hacer lo mismo que hemos hecho este año, llegar a lo máximo.
¿Cómo son los futbolistas que vienen de atrás, con los que trabajará tras las vacaciones?
Es un equipo muy unido, compenetrado, ha hecho un fútbol en su faceta defensiva exquisito. Habrá que dar ese saltito de intensidad, porque esta ya es una categoría más competitiva, pero estoy muy contento con el equipo que llega. Se está trabajando muy bien desde abajo y eso, cuando vas llegando arriba, se nota mucho. Estoy convencido de que el equipo será contundente.
Aún es temprano, pero ¿tiene ya alguna meta marcada?
Ayer llegué a una conclusión. El año pasado no salió bien porque el anterior nos equivocamos vendiendo objetivos que aún no se podían alcanzar. Y este año nos ha ido muy bien pensando en el partido siguiente. Así que el objetivo que tenemos ahora es ganar el primer partido de Liga porque, como nos marquemos otro, nos equivocamos. Vamos a hacer un equipo para ganar el primer partido de la temporada, una vez que lo ganemos, a por el segundo y así. Hay que crecer día a día, saber que el trabajo ha sido bueno.
Ha sido un año con movimientos, en lo que a entrenador se refiere, en la Entidad. Pulido, del Cadete, pasó al Sevilla C. ¿Pensó alguna vez en que le podría haber tocado a usted?
Lo pensé, pero llegué a plantearme si de verdad me interesaba. Y cuando Pablo Blanco me dijo que me quedase con el equipo respiré, porque el año estaba siendo muy bueno y era una lástima romper la magia que ya tenía el Juvenil. Sin desmerecer lo que pudiera venir, porque mis compañeros son muy válidos, preferí la decisión que se tomó entonces.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de la temporada?
Lo peor, la muerte de Antonio, para mí fue un palo, lo pasé fatal. El viernes antes del partido ante el Getafe salíamos nosotros para Tarragona y el primer equipo lo hacía el domingo hacia Atenas. Entonces me dijo que "para la semana que viene ya tenemos otra Copa". Y cayó el sábado. Fue un auténtico palo. Por contra, el mejor momento, cuando Bernardo levantó la Copa, eso ha sido lo mejor de los quince años que llevo entrenando. Ha merecido la pena haber invertido tanto tiempo en el fútbol porque ya sí puedo decir que he sido campeón de la Copa del Rey. Eso sí, hasta ahora ha sido lo mejor, lo máximo, pero aspiro a más.
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