Acabo de llegar del estadio. Grandioso el ambiente, el sevillismo nunca falla. Sin duda alguna ha sido el Ramón Sánchez Pizjuán el estadio con más entrada de público en estos cuartos de final de copa.
La gente se ha desgañitado la garganta animando a su Sevilla, y los jugadores han devuelto el apoyo en forma de goles y buen juego.
Los primeros compases del encuentro no fueron nada cómodos, pero en el momento que Luis Fabiano (hoy enorme) enchufó el 1-0, se acabó lo que se daba.
La Ponferradina nos los puso de corbata cuando Rubén Vega mandó al larguero un zapatazo tremendo que se convirtió en la jugada polémica de la noche. En el estadio mi sensación fue que la pelota no traspasó la línea de gol, pero al verlo por televisión, tengo mis serias dudas.
En la segunda parte llegaron los goles de este gran Sevilla que hoy ha vuelto a dejar su puerta a cero y que para desgracia de muchos se ha reenganchado a una nueva racha de resultados positivos.
Magnífico el segundo gol de O´fabuloso. Con su hat-trick, se ha ganado de nuevo a la grada de Nervión, que andaba un poco mosca por su auto-expulsión en Pucela, hace diez días.
De diez la afición de la Ponferradina. Son muchos los seguidores que se han desplazado hoy hasta la capital andaluza para apoyar a su equipo, y en el estadio, han tenido una actitud ejemplar. Al igual que sus jugadores que han dado una lección de juego limpio.
Ahora toca pensar en el partido del domingo (17´00h) en el Alfonso Pérez, ante el Getafe de Víctor Muñoz.
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