De momento, el equipo palmerino vuelve a la décima plaza con 17 puntos, con el aliciente de que el próximo fin de semana volveremos a jugar como local, recibiendo a otro rival directo (Dos Hermanas), que se presentará en La Palma con los mismos puntos que nosotros (17) y un partido menos. Así que, ni que decir tiene la importancia que volverá a tener el choque de la jornada próxima, ya que el triunfo sobre el cuadro nazareno, no solo nos alejaría de manera considerable sobre los equipos de abajo, sino que nos metería de lleno en los puestos de cabeza. Y todo esto a pesar del tormento que semana tras semana acompaña al equipo en cuanto a lesiones se refiere.
Centrándonos en el partido de ayer, no fue un encuentro brillante. Ni mucho menos. El duelo se pudo decantar por ambas partes, aunque si es cierto, que el Siempre Alegres gozó de las ocasiones más claras.
En un ambiente frío y una tarde “perros” marcada por el agua, los dos equipos saltaron al césped con excesivo respeto. Lógico, ambos se jugaban mucho. El Poli Ejido estará obligado a ganar para que los palmerinos no se le escapasen en la clasificación, mientras que el Siempre Alegres mostraba un cierto nerviosismo que fue desapareciendo con el paso de los minutos.
No parecía ser un partido de muchos goles, por la sencilla razón de que las ocasiones iban a brillar por su ausencia. Con empate a cero y una primera parte muy igualada y falta de intensidad se llegó al descanso.
En el inicio del segundo acto, los chicos de Rafa Ducoy imprimieron un poco más de intensidad a su juego y poco a poco fueron encerrando en su parecía a un Poli Ejido que buscaba su peligro mediante unos contragolpes que casi nunca eran bien ejecutados.
Hasta en dos ocasiones pudo adelantarse el Siempre Alegres en el marcador. La oportunidad más clara llegó en una magnífica subida lateral de Agustín, que finalizó con el pase de la muerte sobre Martínez, que desde el punto de penalti soltó un zapatazo que envió a saque de esquina Antonio.
También tuvo su oportunidad el cuadro almeriense, que incluso llegó a estrellar un balón en la madera. Todo hacía indicar que el equipo que consiguiese desequilibrar la balanza se iba a llevar el gato al agua y que el balón parado podía ser fundamental para conseguir el triunfo.
Dicho y hecho. A falta de poco más de diez minutos para el final, Miguel Ornedo hacía el 1-0 en una acción a balón parado que se coló junto a la cepa del palo derecho de la puerta almeriense. Golazo de oro y tres puntos más al zurrón.
Pocos minutos después pudo llegar la tranquilidad con el 2-0, en una pena máxima señalada por Fernández Chía (antes se había tragado un penalti clarísimo sobre Manolito), pero Galleti erró desde los once metros y tocó sufrir hasta el final.
De ahí a la conclusión del partido poco que contar, el Poli Ejido peleó más con corazón que cabeza y el Siempre Alegres se dedicó a jugar con el marcador a favor para que los puntos se quedasen en casa.
Victoria importantísima que nos permite distanciarnos en 10 puntos del colista.
¡¡Enhorabuena chavales!!
Ahora a por el Dos Hermanas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario