jueves, 3 de diciembre de 2009

La permanencia es el combate de Alfaro

Hay una parábola sobre el kárate que refleja a la perfección el sentido de este deporte. Cuentan que hubo una vez un practicante de esta disciplina que preguntó a su maestro por las diferencias entre el ser insignificante y el hombre que elige el buen camino. Y el sensei, cauto, replicó: "Cuanto mayor sea la experiencia, habilidades y potencia del buen hombre, mayores serán también su prudencia y humildad".
No hacen falta demasiadas pistas para concluir que es lo que ocurre en el caso de Alejandro Alfaro, karateca del fútbol: prudente y humilde como dice el sensei, pero también imbuido de la tranquilidad y espiritualidad que preconiza esta práctica.



"Todo va a ir bien, nos vamos a salvar, la situación no es preocupante, ganaremos el próximo partido, no hay motivos para la alarma". Todos sus mensajes invitan a la calma y no es una tendencia nueva, siquiera un matiz reciente, tampoco una consecuencia directa del ascenso a Primera División. Es, sin ir más lejos, el fiel reflejo de su confianza en sus compañeros y su seguridad explícita sobre el trabajo bien hecho. Siempre fue optimista y a la vez inalterable en el ánimo este jugador diferente, rápido, creativo, vertical. Bien lo saben los rivales, víctimas de tres goles en una decena de partidos del andaluz en la elite.

Como aquel karateca que sucumbe al mejor hacer de su adversario, ya saben los que visitan el Heliodoro que es el onubense uno de los más preparados y temibles futbolistas del Tenerife. Y le avala su trayectoria, intachable; y su tarjeta de presentación, inmaculada: partidos sobresalientes a granel, un ascenso, la renovación de una cesión pedida a gritos, un recibimiento multitudinario, un regreso feliz.

"El respeto no me lo he ganado sólo yo, pienso que es un sentimiento que tienen todos los que nos visitan porque saben cómo y a qué jugamos, nos gusta hacer las cosas bien", apunta el mediapunta, quien cree que la propuesta sobre la hierba del representativo pone de acuerdo a sus compañeros y rivales. "Les atrae a todos, más que nada porque jugamos con estilo, sin voleones".



Alfaro pronuncia sus palabras en el gimnasio Vistabella, uno de los centros neurálgicos de las artes marciales en Tenerife. Sitio idóneo para hacerle karateca por un día, se convierte también en escenario de confesiones sobre fútbol y deporte en una entrevista diferente. Y es que ha accedido Ale a ceñirse la indumentaria propia de cualquier practicante de esta disciplina milenaria (el karategi) y lo hace, como no podía ser de otra forma, con mono blanco y cinturón azul. Los colores del Tenerife.



"Aquí me siento como en mi casa; siempre mantuve que, si no me quedaba en el Sevilla, quería hacerlo aquí". Del futuro no habla. No es el momento. Hay otras prioridades. "Es pronto para aventurar qué pasará en junio, pero lo primordial no es qué acontecerá conmigo, sino lo que sucederá al Tenerife", explica. Y abunda en que lo que debe de producirse es la salvación. Eso sí, antes deja una frase para la posteridad. "No me importaría quedarme, porque aquí estoy encantado".

"Sobre el equipo y su porvenir hay que estar tranquilos; tenemos la misma plantilla del año pasado y no hemos entrado en puestos de descenso en todas las jornadas que llevamos". Señal para el sosiego, cree el 21 del Tenerife que la trayectoria blanquiazul hasta la fecha debería de generar elogios, y no críticas. "Además, hay que tener en cuenta que hemos contado con un hándicap imprevisto: las lesiones, y todas de hombres importantísimos: Kome, Ricardo, Juanlu, Marc Bertrán...", comenta el futbolista , quien cree que "ha costado arrancar, pero la posición del equipo no es mala". "Estamos despegando y cada vez son menos los problemas para hacer gol".



Encantado con la experiencia de verse karateca, rodeado de especialistas, encuentra el andaluz sus analogías entre el fútbol y esta disciplina oriental. "Nunca había estado en ese entorno, pero me gustó estar en el gimnasio y ver el compañerismo que hay entre todos", aduce el habilidoso blanquiazul, quien ve que, en un deporte como en el otro, "hay tiempo para todo". "Lo mismo pasará en un asalto que en un partido: hay instantes para ser fino y cuidadoso con el balón, como hay otros para ser contundente y agresivo. Eso, lo tenemos claro". Y, ataviado con su karategi, se introduce en la dinámica del grupo y disfruta como uno más de las instrucciones magistrales de Javier Orán, nada menos que campeón mundial de katas hace unos cuantos años.

Recíproca la sensación de agradecimiento -de Alejandro Alfaro para los que han sido sus anfitriones en el Vistabella, y de éstos para el jugador onubense- acaba el encuentro con un deseo. "El de que gane el Tenerife este domingo un combate decisivo".

Informa: Diario As

Nota post.- Mi más sincero pésame a Alejandro Alfaro, sus hermanos ( Ana, Juan y Jesús) y toda su familia, por el fallecimiento de su tía Eduarda Alfaro Pérez, hermana de su padre. DEP

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