El terreno de juego estaba en malas condiciones, Romaric se lesionó en la primera parte y nos quedamos sin un director de orquesta, Kanouté fue expulsado en la prolongación del primer periodo porque al colegiado (vaya papelito que te has cargado hoy Rubinos Pérez) le salió de las narices…
Todo cierto. Se han reunido un cúmulo de circunstancias en contra que ha condicionado muchísimo el partido para el Sevilla, pero a pesar de todos estos inconvenientes inesperados, lo que sí está claro, es que no se puede dar la imagen que se ha dado hoy en Valencia.
Las ideas nulas en la zona de creación impiden crear una sola ocasión de peligro. A cinco minutos del final llegó la única oportunidad del Sevilla en todo el encuentro, con un disparo de Álvaro Negredo dentro de área que llegó mansamente a las manos de Moyá.
A mí me da igual que el fútbol que despliegue el Sevilla sea rácano, brillante o ramplón, siempre y cuando los resultados den la razón al cuerpo técnico (en este caso a Manolo Jiménez). Pero lo que me preocupa y muy seriamente, es que la actual plantilla sevillista tan solo cuenta con un futbolista que pueda hacer jugar al equipo, Romaric. Hoy se ha lesionado y hemos pagado las consecuencias.
¿No es muy arriesgado afrontar tres competiciones con tan solo un jugador en la zona de creación, teniendo en cuenta que Renato es un futbolista que se desenvuelve mejor en la media punta?.
Esperemos mejorar la imagen ante el Real Zaragoza dentro de quince días. Ahora toca corregir y sacar conclusiones de un encuentro que ha sido pésimo para el Sevilla y también para el Valencia (a pesar de la victoria de los de Emery, su fútbol es espantoso).
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