Tras un buen arranque de campaña en minutos y goles, en la segunda vuelta el palmerino apenas ha contado con oportunidades, una situación que le hace abrir las puertas de su salida si no cambia.
—Cuénteme. ¿Cómo anda usted de ánimos?
—Bien, bueno, uno intenta dar siempre lo mismo, tanto en los buenos como en los malos momentos. Cuando estás en la situación en la que yo estoy ahora no queda otra que trabajar el doble para volver a tener otra oportunidad.
—A pesar de su buen arranque de temporada, ha desaparecido de las convocatorias...
—Sí, lo llevo mal porque a nadie le gusta no jugar. Más aún tras los partidos que hice en la primera vuelta, donde jugué en las tres competiciones y estuve bastante bien cuando participé. Verte ahora en esta situación no es plato de buen gusto para nadie; desaparecer de las listas y no tener minutos es desagradable.
—¿A qué achaca ese cambio? ¿Tal vez al regreso de Jesús Navas de su lesión?
—Está claro que él es muy importante para el equipo, campeón del mundo, y cuando volviera estaba claro que sería un fijo en los esquemas. Pero no creo que se deba a ello el hecho de que no juegue. En la primera vuelta he actuado en la mediapunta, en la derecha y en la izquierda, hay muchos cambios y variantes en un partido. No lo achaco a eso.
—¿Sabe que acumula más de dos meses sin jugar? Su última aparición fue en el Sevilla-Levante.
—Es triste esa situación, ningún jugador la quiere. Pero bueno, ayer volví a los terrenos de juego —bromeaba el palmerino sobre el encuentro jugado anoche en Estepa—.
—¿Dialoga mucho con Manzano?
—No, yo me limito a trabajar, hablamos sobre cosas del entrenamiento, apreciaciones que me traslada. Nada más.
—Su buena temporada el año pasado en Tenerife le hizo ganarse el derecho a exigir algunos minutos más esta temporada. ¿Se están cumpliendo sus expectativas?
—Yo no vine exigiendo nada, estaría bueno. Estamos en el Sevilla y la plantilla es muy amplia para una sola competición. Es cierto que en la primera vuelta estaba muy contento con mi nivel, con las oportunidades que estaba teniendo, pero en este final no estoy nada contento. Como decías antes, hace dos meses que no juego y no estoy contento para nada.
—Su agente ya se quejó en el mismo sentido hace unas semanas...
—Sí, creo que he rendido cuando me han puesto y después ha habido momentos en los que no se ha confiado en mí, pero bueno, sólo me queda acatar las decisiones del míster y seguir trabajando.
—¿Su condición de canterano le perjudica?
—Yo creo que sí. Aquí hay que hacer el doble para triunfar, se nos mira más con lupa. Cualquier jugador que viene de otra liga, por el que hayan pagado, se supone que llega más contrastado.
—En el nuevo proyecto de cantera del club, ¿en qué lugar queda usted?
—Aún no me lo planteo. Cuando acabe la temporada ya hablaremos. Me queda un año más de contrato y escucharemos al Sevilla, pero nadie se cierra las puertas a una salida.
—¿Y en el mercado invernal no tuvo la oportunidad de salir?
—Tuve varias ofertas, sí, pero tanto el club como yo las desechamos.
—Hábleme del equipo, parece otro con la llegada de Rakitic y Medel.
—El equipo ha cambiado un poco. Creo que nos pasó factura la eliminación de la previa de la Champions a todos. Es un lastre que hemos llevado toda la temporada. Rakitic lleva pocos partidos y ya suma varios goles que nos han dado puntos, y Medel, cada vez que juega, realiza un gran trabajo. Son dos grandes aciertos.
—¿Llegan un poco tarde para aspirar a meterse en la Liga de Campeones?
—Aún no es tarde, mientras haya posibilidades matemáticas todo se puede lograr. Lo básico es sacar nuestros puntos y, ya después, preocuparnos por nuestros rivales.
—¿Cree que se debe el bajón al fin de un ciclo?
—Ese no es mi trabajo, es tarea del club. Ellos tienen que ver qué es lo que deben traer o no, no me voy a meter en ello. Al final de temporada ya hablaremos para ver lo mío, si cuentan conmigo o no, el resto de la plantilla es cosa de la dirección deportiva.
—Resúmame en tres palabras la frustración de aquel futbolista que entrena cada semana y no juega
—Impotencia, resignación y tristeza, una mezcla entre esas.
—Apuésteme por los dos equipos que jugarán la Liga de Campeones el año que viene al margen de los dos grandes.
—Sevilla y Villarreal.
—Otra apuesta: ¿se quedará Alfaro o Acosta?
—No entro en esas apuestas, yo sólo quiero ser feliz aquí en mi equipo.
—Que así sea…
—Gracias.
UNA ENTREVISTA DE ABC SEVILLA
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