El pasado domingo, La Palma CF salió muy disconforme de la ciudad deportiva El Rosal. Ya no porque se perdiesen los tres puntos que estaban en juego sino, porque en el inicio de la segunda mitad, Tatiana Rivera Pérez erró en una decisión que propició la segunda amarilla a Gabri y la consecuente cartulina roja.
Lógicamente la sevillana se equivocó. Se confundió de dorsal. En la jugada, que se produjo en la zona de banquillos, el balón golpeó en las manos de Marroco (dorsal 3), pero Rivera Pérez entendió que el implicado en la jugada fue Gabri (dorsal 11). Esto provocó la tarjeta amarilla al pileño, que ya había sido amonestado en la primera parte del encuentro.
La Palma CF se puso rápidamente manos a la obra y el martes enviaba las imágenes del encuentro al comité de competición. Desde la pequeña pantalla, se apreciaba claramente como el balón golpeó en las manos de Marroco y no en las de Gabri. Así, la segunda tarjeta amarilla al pileño fue eliminada y éste podrá estar a las órdenes de Kiki para recibir el domingo a las 12´00h al líder; UD Los Barrios.
El que no podrá sentarse en el banquillo será el preparador palmerino, que también fue expulsado.
Me gustaría que no se le diese más bola a esta jugada. Después de tantas cosas vividas a lo largo de estos últimos años, entiendo que los árbitros son personas humanas y que también tienen derecho a equivocarse. Es más, me consta que la colegiada sevillana ha lamentado la acción de esta jugada.
Ser juez es bastante complicado y el domingo se volvió a demostrar. El domingo nos pitará el sevillano Encinas Villa. Espero y deseo que tenga un buen arbitraje. Ellos son los primeros perjudicados cuando cometen errores. Así que mostrémosles nuestro apoyo y todo será más fácil. Por muy difícil que en ocasiones nos puedan parecer las decisiones tomadas por los jueces, no creo en su maldad con el silbato.
¡¡Ánimo!!
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