Al deportista le pierde la boca. Pero no por sus ansias de protestar una jugada, por una tangana o por una discusión en el lance del juego. Nos referimos a su salud. Muchas veces sus problemas odontológicos desembocan en lesiones que se acaban descubriendo con el paso del tiempo.
En un principio, se suele buscar la raíz del problema en la zona afectada y cuando no se encuentra una solución clara ya se lleva a cabo un examen más exhaustivo.
Con el comienzo de la temporada, son múltiples las revisiones que pasan los futbolistas, pero la mayoría de los clubes no acostumbran a pasar un examen odontológico. De hecho, sólo se hacen cuando el deportista tiene demasiados problemas musculares, que es en donde suele reflejarse la dolencia .
El doctor Luis Senís Segarra, cirujano maxilofacial valenciano, avisa del peligro de un mal cuidado bucal: “A través de la muerte súbita por una infección bucal del estadounidense Laurence Young, jugador de baloncesto del Santos brasileño, nos planteamos consultar a diversos clubes si incluían en los exámenes una revisión bucodental. Nuestra sorpresa fue que la mayoría no la incluían y dejaban una laguna de posibles problemas de salud y del rendimiento deportivo sin control”.
Son multitud de figuras del deporte las que se han encontrado con problemas musculares sin hallar solución y al final se ha descubierto que el foco de sus males estaba en la boca. Esto provoca un descenso del rendimiento y, en muchas ocasiones, periodos de inactividad.
Los estudios han revelado que el jugador tienen mayor probabilidad de sufrir caries, debido al alto consumo de hidratos de carbono y de bebidas azucaradas. Además, las lesiones periodontales o de las encías provocan desgarros, dolores articulares o dolencias tendinosas, ya que las bacterias, que de la boca se extienden a través de la sangre, perjudican a músculos y articulaciones. Y eso por no hablar de los traumas dentales que se dan en los deportes de contacto, como pueden ser el fútbol, boxeo, balonmano, baloncesto, etc...
Pero lo más impactante es que no se descartan consecuencias trágicas, como explica Senís: “En su grado máximo puede causar la muerte del deportista durante su actividad. Una infección bacteriana a nivel dental puede diseminarse al torrente sanguíneo, que llegan a afectar a órganos, incluido el corazón, pudiendo darse un fallo multisistémico, provocando finalmente una parada cardiorespiratoria y la muerte. Eso sí, esto es muy poco frecuente¨.
INFORMA: Diario MARCA
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