La entrevista corresponde a la sección “¿Qué pasó con…?, que el diario deportivo dedica a los jugadores que pasaron por Betis y Sevilla hace ya algunas temporadas.
Os dejo con el reportaje al completo. Desde aquí felicito a Alejandro Sáez por su gran trabajo.
“DE PATEAR UN BALÓN A VENDER BRANDY Y VINAGRE”
El onubense, que hoy día se dedica en cuerpo y alma a una bodega familiar en La Palma del Condado, recuerda su etapa en Nervión, donde se sintió “incomprendido” por los entrenadores de turno, que no le dieron confianza alguna.
El nombre de Patricio Rubio Bernal puede sonar a chino para muchos sevillistas que, con un poco de suerte, quizás guarden en su memoria blanquirroja el nombre de Patri, un futbolista que pasó de puntillas por Nervión y que hizo poco, muy poco ruido, en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde no contó con la “confianza” de los entrenadores de turno. El onubense disfrutó muy joven del éxito, un triunfo que quizás le llegó demasiado pronto y que, aunque no se le subió a la cabeza, provocó que ciertas circunstancias le vinieran grandes. Con 15 años, su carrera deportiva apuntaba muy alto, disfrutando de una sorprendente proyección que, por una u otra cosa, acabó diluyéndose progresivamente hasta tener que marcharse a la desesperada a un destino cualquiera al carecer de equipos interesados en él.
¿A qué se dedica hoy día?
Mi familia es propietaria de una bodega aquí en La Palma del Condado. Producimos el brandy Luís Felipe.
¿Y qué tal le va?
Bien. Aguantando el chaparrón de la crisis, que no es fácil. Aunque vendemos un producto elitista, somos una mediana empresa; tiramos hacia delante como podemos. Con dificultades, pero ahí vamos.
¿Lleva mucho tiempo dedicándose a ello?
Desde el 2004. Fue dejar el fútbol en junio y empezar a trabajar aquí en septiembre.
¿Le ha cambiado mucho la vida?
La Pues sí, de dar patadas a un balón a vender brandy y vinagre… El fútbol no me dio para vivir de la renta, ahora ocupo un cargo de comercial y me dedico plenamente a ello y a disfrutar de mi familia. No es ni mejor ni peor, he sido profesional durante 15 años; estoy muy agradecido al fútbol. Se terminó una etapa y empezó otra. Cuando eres futbolista vives ajeno a la vida real, estás, por decirlo de algún modo, un escalón por encima del resto. Ganas dinero y no piensas en las dificultades con las que convive el resto.
Yo me fui haciendo a la idea poco a poco. En un principio, el cambio es total; aparece un muro muy alto que es infranqueable. Todo se termina, dejas de tener a tanta gente pendiente de ti y ya no ganas tanto dinero fácil; tu nivel de vida baja. Lo más difícil es asimilar ese cambio.
¿Mantiene alguna relación con el mundo del fútbol?
Ninguna. Intenté exprimir al máximo mi carrera deportiva y ahora estoy totalmente desvinculado. Tenía mis ideas muy claras. Tenía la empresa familiar y sabía que, aunque los ingresos serían menores, tendría un suelo seguro que en el mundo de fútbol, de entrenador por ejemplo, no tendría asegurado todos los meses.
¿El fútbol no le dio para vivir de las rentas porque malgastó el dinero o porque simplemente no le dio para tanto?
Yo, por suerte, siempre encontré personas que me hicieron ver que era importante guardar dinero e invertir en propiedades; así lo hice. Aún así, tampoco me puedo quejar; hay compañeros que por desgracia no tienen ni para pagar el piso.
¿Mantiene contacto con algún compañero de su etapa en el Sevilla?
De vez en cuando juego con los veteranos del Sevilla, pero cada vez menos; ya tengo cuatro hijos y cada vez me es más difícil. Por mi trabajo, quieras o no, sigo manteniendo relaciones con amigos o conocidos de mi etapa como futbolista, que me están ayudando a posicionar el producto. Entre comillas, es la manera que tengo de seguir vinculado al mundo del fútbol.
¿Mantiene algún tipo de relación comercial con sus ex compañeros en Sevilla?
Con compañeros de esa época no, pero si es cierto que con el Sevilla sí. En la final de Copa, el regalo del club para los medios fue una camiseta conmemorativa y una petaca de brandy, aquel producto era nuestro. Eso, a parte de porque le ofrecimos al club un producto e calidad, se debió a mi pasada relación futbolística con la entidad.
¿Qué recuerdos guarda de su etapa en el Sevilla?
Aunque firmé cuatro años y solo jugué uno, independientemente de que jugara más o menos, tengo gratos recuerdos. Fue una etapa muy bonita en la que conseguimos el objetivo del ascenso, que sirvió para unos ganaran más dinero y otros marcharan a otros equipos.
Jugó muy poco en Nervión…
Unos 24 o 25 partidos en los que, quitando cuatro o cinco en los que salté de inicio, siempre fui suplente. Sabía que estaba en un equipo grande como el Sevilla, por lo que no me quedaba otra cosa que aceptarlo. Siempre había soñado con jugar en algún equipo importante, solo me quedaba luchar y que el entrenador me supiera entender: Creo que fui un jugador incomprendido por algunos técnicos.
¿Le ocurrió eso en Sevilla?
Sí, me refiero a ellos. A Castro Santos, primero, y a Marcos Alonso, que lo sustituyó luego. No confiaron en mí, solo era titular cuando había algún lesionado o algún futbolista estaba con su selección. No tuve la continuidad que necesitaba. Fui un incomprendido, tuve que marchar cedido al Badajoz y a la temporada siguiente volví al Sevilla, donde no tenía sitio. Parché al Polideportivo Ejido a la desesperada, porque no encontraba equipo y allí estuve dos años. Viví unos momentos muy bonitos. Luego, acabé retirándome en el Almería.
Y eso que apuntaba alto de juvenil…
Si, nadie pagaba dinero por un chaval y vino el Atlético de Madrid y lo hizo por mí. Tenía 15 años y la madurez propia de un niño, la situación me sobrepasó, pero no por mí, sino por las circunstancias en sí mismo. Nadie puso una pistola a nadie para que fichara o pagara dinero por mí.
¿Le llegó el éxito demasiado pronto?
No es que me llegara el éxito pronto, niño las maneras. Llegó Jesús Gil a la presidencia y todo lo que hacía en ese momento se magnificaba. Yo solo quería jugar. Luego llegó el Barça, donde estaba Cruyff revolucionando con la cantera. Estaba en auge y, aunque había muchos otros muchos equipos interesados, pensamos que era lo mejor para mí. Allí pasé cuatro años muy buenos donde aprendí y maduré mucho.
Su paso por Sevilla fue un punto de inflexión en su carrera, que quedó en “stand by”
No fue del todo así. Yo no debuté con el primer equipo del Barcelona porque me lesioné del peroné. Todos mis compañeros de la época debutaron con el primer equipo: De la Peña, Roger, Sergi. De ahí me fui a Badajoz, donde conseguí 14 goles en 2ª División. Unos números que llamaron la atención de muchos equipos. La del Sevilla fue la última, deseché las demás esperándola, sabía de su interés.
¿Se vio lastrada su carrera tras su paso por el Sánchez Pizjuán?
Eso nos pasa a todos, si no te dan confianza. Ya mi vida futbolística nunca fue a más.
¿Le marcó mucho eso?
No, lo que me marcó fueron los cuatro años en Barcelona. Siempre se ha dicho que en el fútbol está todo inventado y ahora viene Pep Guardiola y demuestra que eso es mentira. Mi etapa allí me marcó muchísimo. Había una filosofía. Subes de categoría y continúas utilizando el mismo sistema desde entonces.
Una entrevista de Estadio Deportivo.
2 comentarios:
Gran entrevista! Magnifico recordar aquellas viejas glorias de nuestro Sevilla FC, hayan sido o no figuras, para mi lo fueron todos, un abrazo desde Bruselas
http://bruselasessevillista.blogspot.com
Patri Rubio: un gran jugador y una mejor persona. No tuvo suerte con el fútbol. Pero los que le conocemos preferimos tener su amistad que su fama. Desde Barcelona, ¡rep una abraçada, noi! tu si que vals... t'estimem i voldriem veure't aviat.
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